Opinión

Fanatismo, ira colectiva y gritería; principales actores por elecciones

* Ausentes, la prudencia y la calma

* ¡…Y Se esfumó el abstencionismo!

 

Por Jorge VALDEZ REYCEN

Conforme se acerca el “Día D”, las comparsas digitales arrecian, el coro hace gritería y dan pie a una ira colectiva incontenible, peligrosa, dividida, de personas que actúan sin sentido común y pierden la ecuanimidad fácilmente.
Tranquilos. La guerra publicitaria de estrategas ha catapultado inusitadamente hasta las alturas de preferencias electorales, sin reparar que en México existe un abstencionismo campeón en elecciones. Pero eso no importa!! El delirio del triunfo asegurado por empresas que ganan dinero midiendo preferencias, ha tomado rehenes y los lleva a la euforia.
La enorme felicidad por el “arroz que se coció”, las mágicas encuestas que jamás revelan el porcentaje de indecisos –es más, los suman al puntero, en un juego mentiroso y falso— dejan una gran lección de que los huecos se llenan en la política.
Las estructuras que defenderán el voto libre estarán a prueba de fuego, pues es tanto el regocijo de un triunfo que no piensan –pensaban Aristóteles, Platón, dicen— que en la democracia un punto porcentual hace diferencia. Lejos están de asimilar que esta elección será del PRI vs. PRI en su más encendida connotación.
A final de cuentas, cuando la resaca se disipe, entenderán que gobernará un priísta desfasado en los años setenteros, condicionado por un país dividido, partido por la mitad, que lo odiará y estará peor que los plantones en Reforma de hace seis años. Ese es un escenario lógico, nada descabellado, ni disparatado.
¿A poco todo será dulzura, amor y paz? Mis webs, dijera Brozo. México estará polarizado, radicalizado, será yesca y polvorín…
Vayamos con cuidado a la cita de una fiesta cívica. Regocijémonos de tener un país democrático. Votemos en libertad, con civilidad, por quien tenga valores acendrados de gobernarnos sin sobresaltos, ni estridencia. Y si perdemos en nuestra simpatía, escuchemos a las mayorías.
Si las encuestas ya esfumaron las cifras estadísticas del abstencionismo que llegaba por encima del 60 por ciento, no caigamos en la treta de sembrar dudas, pues éstas ya estaban al difundirlas. Abrir la conciencia de que México debe estar mejor de lo que ahora está con gobiernos que han claudicado sus principios de autoridad por los poderes fácticos de las bandas delincuenciales y criminales.
El verdadero desafío no es entre priístas, panistas, morenistas… sino que a todos los pretenden avasallar a punta de metralla a los caprichos de quienes se han erigido en jefes de plaza, dueños de territorios y barones del otro poder incalculable. Ese es el verdadero desafío al que mis colegas periodistas asesinados cometieron la osadía de denunciarlos en letras de molde o en las ondas hertzianas del radio.
La ausencia de un Estado de Derecho que ponga un basta ya a la impunidad es lo que ninguno de los cuatro candidatos ha podido admitir con humildad y entereza. Están en otra dimensión, en otra frecuencia, en otro México.
La ira colectiva, el fanatismo divide peligrosamente a los mexicanos y en este trance los que obtendrían ganancias y el verdadero poder serían los que hoy dirigen el huachicol, los dueños del Triángulo Dorado, los cárteles y los miles de personajes siniestros que están a la espera de subirse al tren para descarrillarlo.
Y todo… conforme se acerca el “Día D”…

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