Guerrero

“Chupetas”, la leyenda en La Quebrada

  • 36 mil clavados: Récord Guinnes Mundial

 

  • Hizo doblaje en una película de “Tarzán”

 

“Chucho” La Lumbre le dio una larga fumada a su cigarro y, sin quitarlo de su boca, lacónico lo saludó:

–Qui’hubo Chupetas.

Raúl García Bravo, con su Récord Guinnes Mundial de 36 mil clavados en “La Quebrada” soltó una sonora carcajada.

–¡Cabrón, ahora así me saludas! –se la reviró envalentonado y ambos se miraron por unos segundos. Chucho lo invitó a sentarse a la tradicional y única “Mesa de Sanborn’s”, en el centro de Acapulco.

–¿Traes baraja? –volvió a retar Chucho al Chupetas. Su respuesta fue sacar un grueso fajo de billetes de 20 pesos. Eran como dos mil pesos. Y el reto quedó firme. Las partidas de póker se jugaban con los números de la serie de los billetes y se juntaban hasta 15 o más cafetólogos, con Chucho a la cabeza de la mesa.

Así lo conocí al legendario clavadista a principios de los años 90’s. Lo entrevisté varias veces y otras más disfrutamos charlas, anécdotas y grandes historias. Ese hombre, de andar apoyado en un bastón, corpulento, recio en su saludo y voz firme, no acusaba aún los efectos de alzheimer. Se divertía contándome una anécdota histórica que la lleva como tesoro en su memoria.

–Doblé en una película a Johnny Weissmüller. Me tiré un clavado desde el puente “Golden Gate”, en San Francisco. Qué aguas tan frías!! Me pagaron muy bien –sonríe con una cara de niño que platica una travesura.

Su imagen se hizo mundial al realizar varios comerciales para la firma del famoso whiskey “Johnny Walker” … y de la relojera inglesa “Rolex”. Estaba frente a mí un personaje sencillo, amable, dicharachero, jovial, lleno de vivencias y siempre sonriente.

Se fotografió con grandes actrices y actores de Hollywood, pero su gran amigo fue Johnny Weissmüller “Tarzan”, con quien tuvo grandes atardeceres frente a al mar, desde la casa en Flamingos.

Mario Moreno “Cantinflas”, Silvia Pinal, Arturo de Córdoba, Germán Valdés “Tin-Tán”, entre otros, se dispensaban su amistad y respeto por la hazaña inalcanzable y cuyo récord Guinnes permanece imbatible hasta nuestros días.

Raúl me dijo: “Escribe mi nombre así Raoúl” –y soltaba su carcajada. Chucho La Lumbre nomás esperaba que dijera eso para soltarle: “¿Ya vas a empezar?”… P…madre!!!

–Envidiosos –y sacó la lengua. Así se las gastaban, como niños.

“Chupetas” García fue una leyenda viviente de Acapulco. Respetado, querido, homenajeado durante el 80 aniversario de La Quebrada, el ícono inconfundible en todo el orbe de Acapulco.

Su recuerdo está en el Salón de la Fama del hotel “Mirador” y su ejemplo lo siguen hoy en día los clavadistas de La Quebrada.

Raúl García Bravo es, por mucho, una estrella y gloria para nuestros clavadistas de recientes generaciones. Sus restos mortales deberían estar en la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres de Acapulco. Por su legado histórico, su hazaña asombrosa como clavadista y su récord Guinnes mundial imbatible, quizá sean las mejores cartas de argumentación a su trayectoria incuestionablemente a favor de Acapulco.

Pero pese a su gran valentía, con sus 36 mil clavados y su prodigio de haber contribuido en proyectar a Acapulco como el principal destino turístico de México ante todo el mundo, hoy pocos lo recuerdan. Su memoria, sencilla, humilde, permanece… como su estentórea carcajada cada vez que se saludaba con Chucho La Lumbre en Sanborn’s.

Mario Moreno “Cantinflas” con Raúl García “Chupetas” en La Quebrada.

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