La noticia es impactante por negativa. Cerró el Centro Cultural Arcadia. Es lamentable que un centro cultural que, en poco tiempo, logró ser centro de exposiciones pictóricas y fotográficas, de conciertos, conferencias, recitales, presentaciones de libros y actividades artísticas en general haya cerrado sus puertas porque careció totalmente de apoyos para seguir funcionando. Chilpancingo perdió un oasis de paz, de superación, de trascendencia. Ya era un centro cultural prestigiado y concurrido.
Vivimos, ahora, con muchos problemas: la contaminación, la violencia, el desorden, la basura, la falta de comunicación entre vecinos, la falta de amor al terruño. Todo esto se reduce a carencia de educación y cultura. Estamos formados para vivir así. Nuestra vida es el resultado de nuestra mente. Chilpancingo es nuestro hogar común. Esta ciudad es el reflejo de lo que somos, de lo que pensamos, de lo que queremos. Nuestra cultura es la cultura del desamor a nosotros mismos y del desamor a todo lo que nos rodea. Por eso no caben entre nosotros centros culturales que, como Arcadia, promueven la superación a través de la cultura.
Yo he sido amigo de Florencio Salazar Adame durante muchísimos años. Desde adolescente Florencio fue promotor cultural incansable. Durante su vida ha ocupado cargos muy importantes. Ha sido presidente municipal de Chilpancingo, diputado local, diputado federal, secretario de estado y embajador. Es extraordinario poeta y escritor. Ha financiado la publicación de muchos libros y ha apoyado a creadores y artistas. Fue quien, con sus recursos, estableció el centro cultural Arcadia en el centro de Chilpancingo. Logró que se convirtiera en el centro cultural más importante del estado. Fueron sus recursos los que lograron la actividad cultural mientras Arcadia estuvo vigente. Ya no pudo continuar.
Las autoridades no entienden que la educación y la cultura son los únicos medios para resolver este caos social que vivimos. Todos los problemas que ahora enfrentamos se resuelven con el cambio de mentalidad de los habitantes. Este cambio solamente es posible con intensa actividad cultural y educativa. Los que gobiernan no entienden la importancia de la educación y la cultura. Chilpancingo ha perdido un centro cultural que era factor importante para este cambio.
