Por Andrés Campuzano
@andrescampuzano
“La debilidad de las instituciones con que se encontró el estado por supuesto que ha sido una de las causas”, respondió el Gobernador Héctor Astudillo al periodista Carlos Loret de Mola en entrevista sobre la situación de violencia e inseguridad en Guerrero.
“Un año más”, respondió Astudillo ante la insistencia del periodista sobre la inseguridad y para que se notara un cambio. Si bien el mandatario estatal no lo consiguió en ese período de tiempo, sí lo logró. Guerrero ya no encabeza los indicadores de inseguridad y violencia. Acapulco dejó de ser la ciudad más peligrosa del orbe; hay un cambio significativo, quedan asignaturas pendientes en este tema, no obstante, se lograron avances muy importantes.
La coordinación con el Gobierno Federal fue clave para conseguirlo. Astudillo ha sido un Gobernador prudente, su disposición y trabajo han sido relevantes para lograr acuerdos en favor de los guerrerenses.
Sí los desafíos no eran pocos a estos se sumó la pandemia de Covid-19, la que causó serios estragos en la economía y la salud en el país. En Guerrero derivó en toma de decisiones extraordinarias como la cancelación de la Feria de Navidad y Año Nuevo en Chilpancingo; la cancelación de las peregrinaciones por el día de la Virgen y recientemente se informó que la Gala de Pirotecnia para recibir el Año Nuevo no se realizaría y muchos otros eventos para evitar aglomeraciones.
Decisiones que tendrán consecuencias para los prestadores de servicios turísticos, sin embargo, se hacen pensando en la salud de los guerrerenses y también apelando a la responsabilidad de los ciudadanos pues serán fiestas decembrinas atípicas. De ahí que la encuestadora Mitofsky informara que Astudillo Flores se ubica como uno de los gobernadores con una alta aprobación de sus gobernados gracias al manejo de la pandemia.
Está entre los 10 gobernadores de México mejor evaluados.
Héctor Astudillo recibió un estado sumido en una crisis profunda y muchos analistas vaticinaban el fracaso de su gobierno para revertir los índices de violencia e inseguridad. Es un estado políticamente estable hoy. La estabilidad era prioridad para concretar los logros que ha obtenido.
Un exgobernador le apostó a un pacto con los líderes del crimen organizado. Astudillo no quiso seguir esa ruta y prefirió trabajar para que su legado sea la gobernabilidad y la violencia e inseguridad ya no sean un referente del estado.
Don Florencio Salazar Adame destacaba que “de la precariedad institucional se ha pasado a la estabilidad política”, y coincido con él. Los resultados ahí están, el trabajo sigue. No es coba, se reconoce que Guerrero es distinto.
