• Había retenes en Xaltianguis y en Cd. Altamirano
Por Jorge Valdez Reycen
Durante 30 años el estado de Guerrero ha mantenido dos zonas militares (la 27 en Acapulco y 35 en Chilpancingo), luego de la explosión de grupos guerrilleros ligados al Partido de los Pobres (PDLP), en la década de los 70’s y la campaña permanente, en coordinación con la desaparecida PGR y su también extinta flota de helicópteros fumigadores de plantíos, durante los 80’s.
En Pie de la Cuesta se destacamentó una pista aérea militar, base que acaba de ser remodelada en todo, hasta un museo iconográfico existe.
Desde Acapulco la 27 Zona Militar dispuso la instalación permanente de los retenes en Bajos del Ejido, Xaltianguis, la Y griega de Atoyac. En la Costa Chica se desplegó una fuerza de tarea en Cruz Grande (con cuartel), mientras que desde la capital Chilpancingo se destacamentó otro cuartel en Iguala, con retenes en Ciudad Altamirano, Vallecitos de Zaragoza, entre otros más.
La presencia militar en Guerrero es añeja, en comparación con otras entidades como Tamaulipas, Jalisco, Baja California o Chihuahua. Guerrero tiene el antecedente inmediato de la guerrilla y del combate al trasiego de estupefacientes, así como una campaña permanente de despistolización.
Los que viajaban en autobuses de la desaparecida “Flecha Roja” eran bajados en los retenes de Xaltianguis y soldados buscaban droga, armas o gente armada. Era parte de un control estratégico. Lo mismo en la Costa Chica que en Tierra Caliente o la Costa Grande.
¿Qué pasó después de 30 años?
Hubo grupos sociales que durante muchos años criticaron, censuraron, denunciaron un estado militarizado, donde los derechos humanos eran vejados, violentados y el orden legal pisoteado. Hoy, algunos de esos grupos civiles opositores a los gobiernos que operaban una campaña drástica, pero efectiva, en el control de enervantes y armamento, se han convertido en autoridades de los tres niveles de gobierno.
Sí, 30 años después, han desaparecido algunos de los retenes, pero permanecen 2 zonas militares y cuarteles en Acapulco con decenas de hectáreas en el Parque Nacional “El Veladero” y en la capital con varias hectáreas cercadas, rodeadas de la voraz mancha urbana y cinturones de miseria.
El control de estupefacientes y armas de uso exclusivo del Ejército y Fuerzas Armadas se ha ido diluyendo en el tiempo. Hace tres décadas era impensable que los generales comandantes convivieran con autoridades civiles y compartieran información clasificada de sus protocolos y estrategias. La Marina Armada de México menos. Impenetrable la base naval de Icacos, aunque sí había permisos para partidos de futbol en su cancha y acceso a la playa que ahora es privada. Iba cuando tenía 10 años a comer icacos.
En 1977 un comandante de la 27 Zona Militar ordenó detener al mismísimo mayor Mario Arturo Acosta Chaparro-Escápite por desobedecer una orden del alto mando y cometer una serie de actos nada correctos. Acosta se disciplinó. También un editor de un diario fue sacado de su casa en paños menores y llevado ante el general comandante por haber publicado que los galleros de Bajos del Ejido le habían sobornado para hacer un palenque de gallos y garito. Luego de regañarlo y abofetearlo ordenó lo sacaran de sus oficinas, en la vieja zona militar del Fuerte de San Diego.
Acapulco ya fue gobernado por un Almirante, Alfonso Argudín Alcaraz, y sin embargo, en una feria de la Nao de China, en las playas de Caleta y Caletilla, un zafarrancho terminó con la fiesta.
Un exsecretario de la Defensa Nacional fue el comandante en jefe de la IX Región Militar con asiento en Acapulco. El Centro Internacional Acapulco se entregó por parte del Banco de México a la Secretaría de Marina-Armada de México, en el gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, que despojó a Acapulco del Tianguis Turístico.
Llevamos tres décadas conviviendo con tropas, con una impresionante fuerza de tarea adiestrada, capacitada, experimentada en la aplicación del Plan DN-III-E y con enorme trayectoria de ayuda humanitara a guerrerenses en desgracia por huracanes, ciclones o terremotos.
¿Cuándo dejaron de combatir a los grupos armados que hoy no tienen límite en sus atrocidades?