POR JORGE VALDEZ REYCEN
• Al final, la pasarela de suspirantes al 2021
Héctor Astudillo Flores vistió un traje azul “chiclamino”, tornasol.
El mensaje por el cuarto año de gobierno, que desde la más alta tribuna del Congreso del estado leyó, en el telepromter, se transmitió vía circuito cerrado de televisión, y los periodistas tuvieron que reportear “a control remoto”. Solo invitados o dueños de medios fueron enviados a gradas, confundidos con alcaldes, magistrados, funcionarios, líderes sindicales, que sortearon la pertinaz lluvia y abarrotaron el inmueble parlamentario.
–Oiga, lo criticaron mucho los diputados –le soltó una reportera que siempre resbala y “chacalea”.
–¡Pus a eso vine! –dijo Astudillo. A que me critiquen, a escuchar. No se olviden que he sido tres veces diputado y provengo de la cultura parlamentaria.
Arturo López Sugía, del fierro de Luis Walton Aburto, leyó el posicionamiento de Movimiento Ciudadano y dijo, concretito: “Guerrero debe dejar de ser la tierra de los bloqueos”. Criticó que gobiernos federal, estatal y municipal “se echen la bolita” cuando ocurren actos violentos y pidió que haya corresponsabilidad.
La única diputada del PAN, Guadalupe González Suástegui, llamó a construir “un frente contra la embestida de la Federación” por los recortes presupuestales. Mientras el líder de la fracción Morenista, Antonio Helguera Jiménez, no regateó a Astudillo su principal logro de gobierno: “el clima de estabilidad política, el fortalecimiento de las instituciones, inversiones productivas, generación de empleos y el bienestar social de los guerrerenses”.
El también presidente de la Junta de Coordinación Política le pidió “concordancia” con la austeridad republicana, combate a la corrupción y eficiencia presupuestaria. También propuso que los recursos sean ejercidos con transparencia y rendición de cuentas.
La priísta Alicia Zamora ponderó el descenso del índice delictivo, el mejoramiento de la infraestructura hospitalaria y de salud, celebró las 80 ambulancias para los municipios y la inclusión de maestros fuera de nómina que no tenían reconocimiento laboral.
Astudillo, pensativo, durante poco más de hora y media escuchó a todos los diputados de todos los partidos. La seguridad, fue el tema central. Ayotzinapa, con la frase “Ni perdón, ni olvido”, arrancó aplausos. Condenó la liberación de los implicados en la salvajada de Iguala y sus consecuencias de muerte, luto, desolación y angustia de 43 padres de familia por no saber dónde están sus hijos.
Astudillo ya transita por el quinto año de gobierno. Es el año de una adelantadísima sucesión. Y eso lo saben los protagonistas y suspirantes.
El exgobernador Rubén Figueroa Alcocer fue uno de los invitados especiales. El rector Javier Saldaña Almazán fue otro.
En el balance, con sus claroscuros, Astudillo resalta estar en la ruta correcta. Haber quitado del mapa estadístico a Guerrero como el número uno en muertes violentas, avanzar en el proceso de armonía y tranquilidad y no aflojar el paso en recuperar niveles de seguridad.
Es la crónica del cuarto informe de gobierno, pasado por agua, con bloqueos en la autopista y un balance conceptual de que poco a poco la violencia se controla y se retoma la gobernabilidad en Guerrero.
Al final de la ceremonia, tres personajes aprovecharon los reflectores de la prensa: Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, Javier Saldaña Almazán y Manuel Añorve Baños estaban rodeados, al mismo tiempo, de cámaras y micrófonos. Era un espectáculo ver el proceso mediático de la pasarela rumbo al 2021. No hacía falta adivinar lo que decían.
Añorve solo transmitió saludos de parte de Ángel Aguirre Rivero, luego de sus dos laaaargas horas de conversación en un almuerzo en la CDMX. Saldaña y sus angustias por los recortes al subsidio y la formación de un frente común de universidades públicas por “el levantón de canasta” y Amílcar por lo que será la prueba de fuego para Morena el próximo domingo 20: la elección de consejeros y representantes que le den perfil partidista a un movimiento dividido, con graves inconsistencias y enormes desafíos.
