• Estalla conflicto por adeudos al ISSSPEG
• Se adeudan 762 millones 445 mil pesos
• Toman cientos de sindicalistas 3 alcaldías
Por Jorge Valdez Reycen
Desahuciado desde 2015, agónico por la inanición y declarado “muerto” por la quiebra técnica en sus finanzas, el Instituto de Seguridad Social para Servidores Públicos del Estado de Guerrero (ISSSPEG) –que aglutina a miles de empleados sindicalizados en el Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG)— sufre sus últimos estertores dolorosos debido a que los alcaldes de Iguala, Chilpancingo y Acapulco, en administraciones pasadas, evadieron pagar cuotas, impuestos y retenciones a trabajadores, jubilados y pensionados.
El ISSSPEG era un cadáver en 2015. La crisis de los jubilados y pensionados era una bomba de tiempo que le explotaría en las manos al gobernador, de manera inexorable. Los Ayuntamientos de Acapulco, Iguala y Chilpancingo, así como la empresa paramunicipal Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA), contribuyeron a que la deuda “histórica” se elevara hasta considerarla impagable: 762 millones 445 mil pesos.
Héctor Astudillo Flores tuvo que “apechugar” los pagos y amortizaciones de deuda para evitar que un conflicto no generado por él, le complicara los niveles de gobernabilidad, de por sí ya desbordados y con altos niveles de conflictividad que le dejó la administración de Rogelio Ortega Martínez. Guerrero vivía la peor de sus crisis política, económica y social en la historia reciente.
Astudillo acudió al encuentro con jubilados y pensionados y líderes sindicalistas, primero como candidato a la gubernatura y luego como gobernador y selló el compromiso de ayudar “hasta el límite” de sus posibilidades presupuestarias. Cuatro años lo cumplió, religiosa y responsablemente.
Los ayuntamientos responsables del quebranto financiero al ISSSPEG se frotaron las manos y se desentendieron. Dejaron de pagar cuotas, derechos, obligaciones y retenciones de impuestos. En dos palabras: fueron omisos. Y aquella tormenta perfecta que prometía ser apocalíptica, feroz, destructiva para la clase trabajadora que opera en gobiernos municipales y organismos descentralizados ahora los alcanzó. Igual que la política de austeridad de la 4T, dicho en términos reales y sin mensajes escondidos.
¿Un gobierno estatal del PRI pagando deudas morosas, históricas, irresponsables de gobiernos municipales del PRD y de Morena? La pregunta era para Kafka. Y los alcaldes alzaron las cejas. Se persignaron y clamaron piedad. Ya no hubo morralla, para seguir en ese círculo vicioso. El pozo de los deseos y buenas obras… ¡se secó!
En las últimas 24 horas se sucedieron movilizaciones de trabajadores sindicalizados de Ayuntamientos y hubo quienes encadenaron portones y pusieron candados en señal de cierre de sus centros de trabajo. La crisis postergada casi cuatro años por el apoyo comprometido por Astudillo, al fin alcanzó a las alcaldías. El líder del SUSPEG, David Martínez Mastache, se entrevista con alcaldes que se lamentan las condiciones precarias, deplorables, en que asumieron hace un año sus encargos. Viven una crisis, administran la crisis, imploran ayuda para enfrentar la crisis. ¿Serán escuchados sus ruegos y lamentos?
Hace 24 horas Héctor Astudillo reveló que éste cuarto año ha sido el más complicado financieramente de su administración. Utilizó una palabra, una sola, para explicar lo que ocurre: asfixia.
Aún no han azotado los huracanes o ciclones que se pronosticaron, en más de una veintena, para el Pacífico, y no se tiene certeza de contar con presupuesto que mitiguen posibles daños y afectaciones. No se tiene para pagar laudos, deudas, salarios a maestros no reconocidos en el FONE y muchas otras cosas más.
También hace 24 horas gobernadores han hecho un peregrinar en oficinas de la SEP, de Hacienda, SCT y otras pidiendo, gestionando, implorando recursos para conjurar conflictos, cuya carga de explosividad amenaza la frágil tranquilidad, de por sí comprometida por la violencia de grupos criminales.
¿Y el pozo de los deseos? ¿En verdad, ya se secó?