- ¿Crisis?… ¿Cuál crisis?… ¡No es cierto!
- El peso “está fortachón” frente al dólar
Por Jorge Valdez Reycen
Isabel Arvide, veterana periodista con más de medio siglo en la brega periodística, cuestionó al presidente sobre “los rechinidos” en la Cuarta Transformación.
Andrés Manuel López Obrador salió al paso del aluvión de preguntas y cuestionó: “¿Crisis?… ¿Cuál crisis?… ¡No es cierto!” y soltó esa sonrisa enigmática, socarrona, entre burlona e irónica. Así enfrentaba en “la mañanera” la secuela de una renuncia-denuncia de Carlos Urzúa Macías, al frente de Hacienda.
El presidente hizo un hábil y vertiginoso recuento de daños, un ajuste de criterios y hasta dejó entrever que vendrán “más renuncias”, y que no deben provocar nerviosismo. Llamó a los inversionistas financieros “los más informados” de las cuestiones económicas; blindó al nuevo secretario de Hacienda, Arturo Herrera, con su peculiar estilo y forma.
A Carlos Urzúa lo dejó mal parado: “quería que su renuncia se hiciera pública hasta el sábado. Nooo. Y le dije: ¡De una vez! Quería dar un “sabadazo”… jejeje… Yo tuve discrepancias con Urzúa, por el Plan Nacional de Desarrollo. Le dije que no estaba de acuerdo. Le expliqué que debe haber un cambio. Ya no más de lo mismo, y no entendió, reveló el presidente.
También admitió, sin ambages, que al interior del gabinete presidencial existen desencuentros, disputas… Y recordó que en el régimen del presidente Benito Juárez “también había pleitos entre (Ignacio) Comonfort y (Guillermo) Prieto. Y que un apretón de manos servía para superar esos pleitos. (Melchor) Ocampo y el mismo Prieto le aventaron la renuncia: “es mejor un apretón de pescuezo”.
El mago de los medios, el prestidigitador, López Obrador conjuró así, en un par de horas, una “tormenta perfecta” en su gabinete causada por la salida de Urzúa. Admitió que el jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Alfonso Romo tuvo discrepancias fuertes con Urzúa. Negó que la Oficial Mayor de Hacienda, Raquel Buenrostro, tuviera conflictos o haya sido por ella. Y dijo que gracias a ella su gobierno lleva ahorrados más de 100 mil millones de pesos. “Quiero llegar a los 200 mil millones de ahorro, gracias a Raquel Buenrostro”. Y más aún, para tranquilizar a los representantes de los medios, les adelantó que “puede haber más renuncias”.
AMLO sorprendió por su gran capacidad de minimizar un enorme daño mediático causado por la renuncia de Urzúa, hecha pública vía Twitter, y que generó el “martes negro” en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Estamos frente a un presidente que se mofa de todo, está firme y confiado en su palabra, aunque “rechine” la estructura del sistema económico mexicano.
Los “rechinidos” de la 4T fueron parte de la pregunta de Isabel Arvide, como la última periodista que le preguntó a AMLO. Una conferencia mañanera peculiar, salpicada de pasajes históricos del porfiriato, de la Guerra de Reforma, de comparaciones como que Porfirio Díaz “palomeaba” las listas de candidatos a senadores y diputados, mientras que Francisco I. Madero leía los cambios en los periódicos.
El presidente fue quien orilló a renunciar a Urzúa, pero no bajo condiciones como “hasta el sábado”. Es el presidente el que lleva el control de daños. No queda duda.
Una hora y 15 minutos después del “tuitazo” de Urzúa, el rostro desencajado, pálido, grave, compungido de Arturo Herrera se convertía en “trending-topic” en las redes sociales y en “memes” pintorescos. El presidente, desde atrás del recién designado titular de Hacienda, aceptaba la renuncia de Urzúa y enfrentaba la batahola de nerviosos opositores de la 4T y el mar agitado, tempestuoso, de conjeturas y rumores sembrados.
Señoras y señores: el infalible presidente volvió a salir airoso de la tempestad en un vaso de agua. Y se vacunó de posibles y probables renuncias que vienen, esto en clara alusión a la feroz disputa interna de grupos de poder desde adentro del gabinete.
Son los “rechinidos”, los “crujidos”, del sistema neopresidencial de Andrés Manuel López Obrador… y que nadie se espante. ¿Crisis?… ¿Cuál crisis?… ¡No es cierto!
