Anécdotas, vivencias y aventuras de un rico ejercicio periodístico en Guerrero
EL REPORTERO 5 libros y ha obtenido 10 premios de periodismo con sus colaboradores
EL REPORTERO —una tribuna abierta a todos—, podría volver a circular como Periódico diario
Sí algo compartimos EL REPORTERO además de
cuestiones laborales es el año 1983, yo de agosto; él, de
diciembre. El periplo lo inició mi padre Andrés Campuzano
Baylón a la par de sus labores en “El Sol de Chilpancingo” y
la revista “Proceso”. En EL REPORTERO, en 1983, se integró
un equipo de periodistas decididos a ir mejorando el
periodismo en Guerrero, y la calidad de vida de los ciudadanos
con sus críticas y observaciones. Varios jóvenes en aquel
tiempo iniciaron su carrera en las páginas del diario y hoy
son un fuerte referente del periodismo local o nacional. Una
empresa en la que colaboraban familiares, amigos y sobre
todo las ganas de ir abriendo a machetazos el alma de los
lectores con su enfoque.
La formación humana sigue latiendo en el corazón de
un hombre que le tocó vivir situaciones adversar para realizar
el sueño de emprender su propia empresa, nacido en un barrio
histórico de Acapulco, combinó su pasión con la formación,
la necedad de construir una carrera, un nombre, lo llevó a
diversos trabajos, pero esa constancia, ser metódico en un
principio lo llevo del barrio de la Fabrica a la revista más
importante de México; colaboró en varios diarios locales, se
empapó del conocimiento de grandes periodistas, entrevistó
hasta ahora a 8 gobernadores, 2 presidentes de México
(Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari) y a
personajes de la vida artística y empresarial de Guerrero, y
en todo esto, ha combinado desde hace años otra pasión al
asumir responsabilidades en la administración pública y la
de escritor; pero también entró de lleno a la radio y a la
televisión donde sus 3 libros y programas atrapan el interés
de lectores, radioescuchas y televidentes.
Se lee rápido pero el ir y venir no lo es.
Mantener una empresa periodística en nuestro estado
es una tarea difícil. Tengo una infancia empapada en
recuerdos tras la imprenta.
“…Recuerdo mis constantes visitas a Chilpancingo con
mi abuelo Mauro Marquina Mondragón, contador de la
Editorial que edita el periódico EL REPORTERO y con mi
familia. En diversas ocasiones lo acompañaba a la calle Juan
Ruiz de Alarcón ubicada en el centro de la capital y en donde
se encontraba las oficinas y talleres del diario de mi padre.
Mientras mi abuelo atendía los compromisos de la empresa,
yo me dedicaba a recorrer y jugar entre la cortadora de papel
y la rotativa. Me impregnaba la ropa con el olor de los químicos
que se ocupaban en el cuarto oscuro. Me permitían jugar
con una máquina de escribir y me encantaba observar una
impresora de matriz que recibía noticias de Guerrero, México
y el mundo. Lo único que no podía tocar eran las canicas que
se encontraban bañadas en una sustancia que lograba limpiar
las láminas en las que se grababa la edición para su ulterior
impresión.”
El periodismo es una dolorosa, rica, apasionada,
incomprendida y exigente profesión en la que siempre ha de
ser el periodista digno —exageradamente digno— cuando la
ejerza. Es una actividad profesional, palanca de la
democracia, que vigila la sociedad y… el poder.
Pero al fin y al cabo por el ejercicio del periodismo, éste
debe considerarse un honroso privilegio porque muchas veces
nos convierte en testigo de primera fila de los hechos pues
cotidianamente estamos escribiendo para bien para mal, la
historia de Guerrero.
Las plumas
en El Reportero…
me lo cuenta mi padre,
y él mete la pluma
en esta redacción…
Han pasado tantos años y ha cambiado drásticamente
todo, desde las formas en que se informa, hasta la ausencia
de muchos colaboradores y amigos que se les extraña.
Aquella tarea de periodistas celosos y profesionales en
extremo por buscar la nota, información, reportajes o crónicas
“de 8 columnas” y el artículo de fondo, ya casi no se ve.
Excepciones que estaban y aún están ahí:
Don Ángel Chávez Navarrete (QEPD), el legendario
reportero que lloviera o con cielo despejado y oscuro, con
temperaturas invernales (como era así Chilpancingo hace 40
años) a las 5 de la madrugada a pie recorría en su soledad la
solitaria ciudad y libreta en mano se metía al Semefo para
reportear quién se había muerto; quién estaba en “la plancha”;
quién en barandilla; quién o quiénes detenidos en los
macabros separos de la terrorífica Policía Judicial bajo el
mando de Mario Arturo Acosta Chaparro Escápite, se iba a la
Cruz Roja, al hospital para reportear los heridos en accidentes
carreteros muy a menudo a todas horas cerca de Zumpango
o El Ocotito y Tierra Colorada —¡magnífico reportero y fuera
de serie!— y ya luego, 2 horas después; Chávez (“Chavitos”)
Navarrete estaba en la XELI dando sus oportunos reportes;
al caer la tarde toda esa información “ampliada y mejorada”
la entregaba a EL REPORTERO; otros excepcionales, don
Apolinar Palacios Guarneros (QEPD, un tiempo colaborador
de EL REPORTERO); igual, el alemán H. Kants (QEPD), don
Juan R. Campuzano (QEPD); don Hermilo Castorena Noriega
(QEPD), don Fausto Jiménez Ramos (QEPD); don Arturo Soto
Gómez, reportero desde cualquier ángulo; don José Gómez
Sandoval, el arte de escribir literatura y periodismo; don Jorge
Valdez Réycen, talentoso reportero, el único que reportea sin
libreta ni grabadora; los agudos y certeros analistas políticos,
don Jaime Irra Carceda; don Rodrigo Huerta Pegueros; don
Juan López García; el ex rector de la Universidad de Costa
Grande, don Juan Carrasco Vázquez; el ex rector de la
Universidad Autónoma de Guerrero, don Enrique González
Ruiz, el escritor don Rafael Solano; el pintor, don Hugo Zúñiga
Guzmán; el genial acapulqueño don Ignacio Ramírez Belmont
(QEPD).
En EL REPORTERO en esos años de diario (de 1983 al
2009 y de aquí, semanario al 2013, y ojalá en breve
retomemos el diario cotidiano), era disciplina y algo normal y
común ver trabajos profesionales y exclusivos, de gran
calidad, en primera plana e interiores, que salían de las plumas
a saber:
Del acapulqueño Andrés Campuzano Baylón; del
mexicano-guatemalteco-chileno excelso comunicador don
Arturo Soto Gómez; del morelense periodista y escritor don
José Manuel Benítez Bustos (QEPD); del inteligente y
sarcástico chileno don Leonel Villalón; del calentano don Juan
Cervantes Gómez; del fino escritor y periodista quetzaleco
don Elino Villanueva; del acapulqueño aguerrido y talentoso
don Marcial Campuzano Cabañas; del guerrero-norteño
incisivo y por demás inquisidor con entrevistados, Manuel
Castillo Jaimes, “Igor Pettit”, quien a su salida de EL
REPORTERO fue derechito a crear su exitosa revista
“Controversia”); del igualteco y exitoso profesional de la
comunicación don Miguel Ángel Alfonso Castorena Tenorio
(QEPD, que aquí inició su columna “Recuadro” y le
aconsejamos hiciera un periódico diario una vez que la
represión derechista del gobierno federal lo echó de la emisora
XELI, en 1994, y felizmente fundó su “Vértice”); del redactor
don Emilio García Cárdenas; del que no falla y es certero
con sus epigramas, el chilpancingueño don Ismael Catalán;
del acapulqueño que pronto aprendió y bien a reportear don
Miguel Campuzano Cabañas; del calentano “gran
reporteador” de nota policíaca don Miguel Cervantes Gómez;
del agudo analista ayutlense don Juan Antelmo García Castro;
de las periodistas doña Nelly Pantaleón; doña Marsella
Adame; del reportero don Samuel Cerón; del también
reportero y ahora columnista don Alfredo Guzmán Espinoza;
y mención especial a nuestros aguerridos voceadores que
se nos adelantaron al llamado “viaje sin retorno”: don Ruperto
Montiel, “el 7 pistolas”; don Amador Leyva; “El Zopi”, “El Punck”
y muchos más que nos ayudaron en muchos años a que EL
REPORTERO circulara aquí, allá y acullá…
De los colaboradores administrativos y de edición que
tuvimos, que fue un impulso inicial en todo el tiempo: don
Tomás Campuzano Baylón; don Miguel Silva Soto; don Omar
Mendoza Pérez; don Hamilton Cristóbal; doña Socorro
Martínez; don Manuel Campuzano Baylón, doña Dolores de Cristóbal, don Juan Campuzano Cabañas. Un sentido
reconocimiento, muy especial al contador general de EL
REPORTERO, don Mauro Marquina Mondragón, un hombre
ejemplo, limpio, honesto, inteligente, caballero y honrado que
se nos adelantó hace más de 2 años. Descanse en paz.
El Reportero, de diario a semanario,
pronto, ¿volveremos a diario?…
Una de las constantes preguntas que se nos hacen es
si EL REPORTERO volverá a ser diario. En eso andamos.
No cuesta trabajo y talento, ahora cuesta más dinero. Un grave
accidente automovilístico hace algún tiempo largo tiró en cama
al editor Andrés Campuzano Baylón. Pero aun así, el
accidente no quitó fuerza para que el editor replanteara a EL
REPORTERO —escribiera y publicara 3 libros: “El día que
no quisimos cambiar”, “Morir en Casa” y “Guerrero el cuento
de nunca acabar” e hiciera programas de radio y televisión—
y hoy con el apoyo de colaboradores EL REPORTERO se
publica como semanario. Ojalá los planes aterricen y pronto
seamos lo que fuimos por más de 27 años: un periódico
entregado a la sociedad guerrerense.
Como semanario, en EL REPORTERO agradecemos la
entrega de nuevos y antaños colaboradores: Andrés Mauro
Campuzano Marquina, Noemí García Escárcega, Francisco
Javier Ramírez Sánchez, Juan López García, Rodrigo Huerta
Pegueros (QEPD), Javier Leyva Funes, Arturo Soto Gómez,
Elías Moyao, Miguel Ángel Mercado, Jaime Piñón, una lista
a la que se irán agregando más personalidades…
Isabel Ortega
y las mujeres,
su suplemento “Suriana”
Un día de la primavera del año de 1990, me reuní en las
oficinas de EL REPORTERO con la destacada periodista,
Isabel Ortega Morales.
Me planteó directo la idea de hacer una página en la
que las mujeres, marginadas en los espacios de los periódicos
y demás medios, radio y tv, dijeran y hablaran de todos los
temas habidos y por haber, pero sobre todo el de la
discriminación de que eran objeto en la vida social y política
de Guerrero, particularmente.
En el espacio, dijo, escribirían otras destacadas mujeres
guerrerenses, mencionó a Isela Ojeda, Alejandra Cárdenas
y a la poeta Victoria Enríquez, entre otras. La idea por
supuesto que me entusiasmó.
En ese momento, le dije a Isabel palabras más y menos:
Mejor nos vamos con un suplemento a 8 páginas cada
15 días, lo imprimimos y encartamos nosotros, EL
REPORTERO, y otra parte se lo entregamos a ustedes para
que lo hagan circular, nosotros absorbemos los gastos. ¿Sale?
Noté gran iluminación en el rostro de Isabel. De EL
REPORTERO salió contenta a los pocos días regresó con su material, ellas se pusieron de acuerdo con el diseñador de
páginas y a los pocos días el suplemento “Suriana” era una
realidad y circulaba en Chilpancingo y otros puntos de
Guerrero. Luego, Ortega Morales me comentaría que una
parte del tiraje de “Suriana” lo presentó en el estado de
Chiapas en un foro femenil con repercusiones nacionales e
internacionales y que por el suplemento había sido obligada
por las autoridades chiapanecas a abandonar “en unas
cuantas horas”, el sureño estado mexicano.
La editorial
de El Reportero
LLEVAMOS CINCO LIBROS… (Con estas “Vivencias…
entrevistas y reportajes de Andrés Campuzano Baylón”, ya
serán seis los libros publicados)
Casi a la par de EL REPORTERO, en 1984, nació la
Editorial Tiempos del Sur, S. A. de C. V.
Aunque se sabía que entrábamos en un mundo difícil
por aquello de que la cultura es marginada de los planes de
casi todos los gobiernos, afrontamos el reto y a la fecha EL
REPORTERO ha publicado, contra viento y marea 5 libros y
los siguientes títulos y en ese orden, son:
Universidad Pueblo, un proyecto traicionado. José
Enrique González Ruiz. 1987.
La Sombra Intima, Juan R. Campuzano. Premio
Nacional de Novela. 1988.
El día que no quisimos cambiar. Andrés Campuzano
Baylón. Escrita en 1995 e impresa en el 2007.
Morir en Casa. Andrés Campuzano Baylón. 2009.
Guerrero, el cuento de nunca acabar. Andrés
Campuzano Baylón. 2013.
Los premios a El Reportero
y a sus periodistas
A lo largo de estos 30 años, EL REPORTERO ha recibido
en distintos años en 7 ocasiones de manos de 5 gobernadores
de Guerrero el Premio máximo de periodismo estatal, la
medalla “Ignacio Manuel Altamirano”.
Y además, de manera individual, distintos colaboradores
de EL REPORTERO han sido galardonados en las siguientes
ramas del periodismo:
*Por Artículo de Fondo, medalla y diploma “Ignacio
Manuel Altamirano”, al maestro Arturo Soto Gómez (1999).
*Por Reportaje, medalla y diploma “Ignacio Manuel
Altamirano”, al reportero Juan Cervantes Gómez (2000).
*Y por Crónica (2010), el Congreso del estado de
Guerrero otorgó medalla y diploma al reportero-analista-
político Andrés Mauro Campuzano Marquina.
Chilpancingo, Gro., México, diciembre 2013.
