Platiqué con dos jóvenes. Hombre y mujer. Son novios. Se casarán en diciembre. Me invitaron a su boda. Entre muchas preguntas que me hicieron hay una que deseo contestar en este artículo.
¿Podemos lograr paz, armonía, honestidad y amor a través de la religión? Les pregunté ¿Cuál religión? Nomás, sonrieron. Yo continué: México vive tiempos de violencia y superficialidad, consumismo, extorsiones, adulteraciones, desconfianza. Según las estadísticas la inmensa mayoría de la población es católica. Sí. Hay una religión mayoritaria ¿Dónde están los valores que, seguramente, pregona?
Soy realista. Hay católicos para quienes los principios cristianos son la base de su vida. Son respetables. Pero, para la mayoría, la religión son solamente ritos y rezos que repiten sin emoción. No existe convicción ni práctica. Viven su religión por costumbre. Incluso en la práctica, la ejercen como pretexto para reuniones sociales impregnadas de alcohol.
Bautizan a sus hijos y hacen fiestas llenas de bebidas embriagantes. Se casan y hacen lo mismo. Hasta los ritos aplicados a los difuntos son pretexto para convivencia con comida y alcohol. Esto quiere decir que la religión no influye, no determina la conducta. Es costumbre, es tradición. Para alguna obligación. No hay convicción. ¿Otras religiones? ¿Cuál? Observo lo mismo. Muchas veces se dice ser de esta u otra religión porque fue la que tuvieron los papás o los abuelos. Mera herencia. No hay estudio, no hay conocimiento verdadero. No hay convicción.
A través de mis muchos años de vida he podido observar que los que dicen pertenecer a alguna religión, son meros limosneros de todo. Tienen a su deidad como dador de salud, de paz, de dinero. No exagero al decir que en los templos se ejerce el paternalismo. Van a pedir. Solicitan milagros no resultados de sus acciones.
La convicción religiosa debe obtenerse a través del estudio. Nuestra vida debe estar determinada por lo que sabemos, creemos y sentimos. Lo religión debe ser pensamiento, emoción y acción. Amor, ante todo. El amor es el sentimiento más fuerte que poseemos. Si tuviéramos amor seríamos distintos. El amor todo lo mueve, todo lo transforma.
La respuesta a la pregunta ¿Podemos encontrar paz, armonía y amor a través de la religión? Afirmo. Ninguna religión puede. Son las personas, son los individuos los que impregnados de amor cambiarán todo.
Quiero decir que hay personas ateas que tienen amor y lo comparten con todos.
También hay quienes dicen creer y amar a Dios y viven como si no creyeran. Hay muchos clérigos y predicadores, cuyas palabras carecen de valor.