Por Juan Sánchez Andraka
Hace más de un año que no voy al jardín de mi pequeña ciudad. He estado recluido debido a la pandemia. Los adultos mayores –dicen- somos los más propensos al contagio.
En el jardín hay bancas. Allí me he reunido con mis contemporáneos. Las pláticas, a veces, son muy serias. A veces, superficiales y hasta cómicas. Cuando los ochentañeros hablan de amores son buenísimos para inventar, para presumir, para imaginar.
Quiero, ahora, recordar una plática que tuvimos hace como dos años. Ya la había escrito en otra parte porque lo que en ella se dijo es el testimonio de las formas de pensar, de ser y creer de los de mi generación.
¿Qué opinamos de la legalización de la mariguana?
Esa planta estaba en los patios de nuestra casa. Las abuelas y las mamás las usaban de remedio. El mal uso se promovió con la prohibición. Gracias a eso se volvió famosa, apetecible, cara. Es un gran negocio prohibir lo que puede venderse. Debe liberarse la siembra y el consumo. El consumo debe ser decisión personal en base a la educación y principios.
En mi región sigue la violencia a pesar de que ya está aquí la guardia nacional y el ejército. Las estrategias del gobierno no han dado resultados. Son estrategias equivocadas. La inundación de una casa no se resuelve echándole más agua, Un incendio no se combate con más fuego. Las armas no se atacan con más armas. Es urgente una estrategia para el cambio mental.
El actual gobierno federal –dice- ha iniciado la transformación del país. Habla mucho de la corrupción de los gobiernos de antes y de la honestidad de los que, ahora, están.
Nosotros creemos que el cambio que se requiere no es el cambio de personas en el gobierno. Se requiere el cambio en las familias, en los individuos. No puede hablarse de transformación social sino cambiamos como personas ¿Cambiará la sociedad si la mente de quienes la constituyen sigue siendo la misma?
Entre nosotros, casi nunca, hablamos de política. Somos ajenos a partidos y a candidatos. Pero creemos que la política debería ser la actividad más noble. En ella debería haber moral, honestidad, verdad, respeto. Un político debería ser ejemplo de conducta, dispuesto a servir. Sencillo y de vocabulario limpio. Debe tener autoridad moral. Es lo contrario. La política en México es la actividad más desprestigiada y desprestigiante. Está empapada de vulgaridad, sin moral, sin honestidad, sin respeto. Aunque, debemos admitir, existen algunos políticos, muy pocos, que son honestos.
¿La sociedad está en crisis?
Sí. Pero es porque la familia está en crisis. Padres e hijos viven bajo el mismo techo pero no forman un hogar. Las madres solteras son mayoría. Son más los divorcios que los matrimonios sólidos. En muchos matrimonios hay infidelidad y violencia. La familia es el núcleo de la sociedad. La crisis de la sociedad es resultado de la crisis de la familia.
Esos son nuestras convicciones. La mayoría de los de mi generación piensa igual.
Lamento profundamente el fallecimiento de René Cardona, el director de la película Un Mexicano Más. Tenía el proyecto de filmar la vida de Ignacio Manuel Altamirano.
