Por Andrés Mauro Campuzano Marquina
@andrescampuzano
Morena ha dominado la escena pública en Guerrero. Sus constantes tropiezos lo confirman: desde el método que escogieron sus dirigentes para seleccionar a su candidato hasta la pérdida del registro del mismo. Esos han sido los temas principales en los medios de comunicación y en las conversaciones de sobremesa en algunos hogares o cafeterías. Mentiría si asegurara que en Morena no han puesto a prueba la ventaja que diversas encuestas le dan.
La sacudida en la candidatura de Félix Salgado Macedonio y su inminente caída propició un desgaste que se pudo evitar.
Incertidumbre, desunión y desconfianza, es sobre estos lastres –que parecen ya endémicos en ese partido- que la crisis en Morena se hace más profunda. La nominación de Evelyn Salgado Pineda parece haber recrudecido las pugnas y crisis al interior de Morena, un día antes de que se dieran a conocer los resultados de las encuestas que realizó el instituto político dirigido por Mario Delgado Carrillo la senadora Nestora Salgado advirtió en una entrevista que “la estaban utilizando para legitimar a Evelyn”, y tronó “no somos monarquías para heredar coronas”.
Otros aspirantes a la candidatura a la gubernatura de Morena no se han pronunciado ni a favor ni en contra de Evelyn lo que envía un mal mensaje sobre su designación. Para legitimarse la joven candidata necesita lograr la unidad en Morena, convencer a los electores que es ella la que tomará las decisiones y lo más difícil que no se le ubique como “la hija”.
Evelyn Salgado es la única mujer con posibilidades reales de ser electa gobernadora, tiene un mes para legitimarse y consolidar la ventaja que le dan algunas encuestas. Presentar a su equipo de campaña y mencionar los nombres de las personas que le acompañaran en su gobierno con esto podría en un primer momento despejar dudas o también confirmarlas en torno a la injerencia de su padre.
La campaña electoral en la entidad se desarrolla con un pueblo lastimado por la pandemia y sorprendido por la confrontación que se alienta desde algunas candidaturas, este contexto debería merecer un esfuerzo para promover la unidad, no obstante, se alimenta la división entre “buenos y malos”. La batalla por Guerrero.
¿Qué la elección es un trámite, que ya ganó?
No. Pero más allá de los porcentajes de la coyuntura, Guerrero tiene problemas de larga data que requiere se sigan atendiendo con seriedad y compromiso. Si las personas cercanas a la candidata le proponen una campaña que se decante por los errores del actual gobierno estatal, será un salto al vacío esa estrategia, de hecho, se fustigaría con tan solo citar al presidente Andrés Manuel López Obrador “¡Celebro que tengan un buen gobernador como Héctor Astudillo!”.
Insisto, Evelyn Salgado necesita legitimar su candidatura y consolidar la unidad en su partido.
¿Le alcanzará el tiempo?