• El Comercio informal, asfixia ante tolerancia
Por Jorge Valdez Reycen
El Ayuntamiento de Chilpancingo entregó las calles, banquetas, plazoletas, cruceros peatonales y hasta la regulación normativa a comerciantes ambulantes, fijos, semifijos, al tolerar el florecimiento del comercio informal que da pie a actos de corrupción de funcionarios menores.
De la noche a la mañana cualquier sitio es bueno para la vendimia. ¿Quién los regula? ¡Nadie!
El caótico escenario de las calles, banquetas, paradas del transporte urbano, viene acompañado de la permisibilidad de funcionarios menores que han comenzado a “vender” y tolerar a más de cinco mil ambulantes, con el consabido “moche”.
Antonio Gaspar Beltrán ha sido tolerante al interior de la comuna, no obstante existir una normativa regulatoria del comercio callejero. Esto es, que simplemente se viola la ley. Es tierra de nadie.
El muladar en la capital, al menos en el primer cuadro, es de pestilentes olores, pues las fritangas salpican de aceite las calles. Todo se vende, con pasmosa tolerancia, y cuidado les tome una fotografía, porque inmediatamente surge gente mal encarada, hostil, amenazante que de manera violenta recrimina la labor de reporteros gráficos.
Por si fuera poco, los agentes de Tránsito están entregados al levantamiento de multas, infracciones, remolque de autos y al que se deje, porque la ciudad es un caos, sin que nadie imponga la ley. Es más: se permite al comerciante callejero que invada la vía pública a que un automovilista se estacione en lugares “prohibidos”. ¿Esa es la interpretación de la ley?
Cinco mil comerciantes, se estima, diariamente invaden las calles. Los hay desde que venden automóviles, camionetas, por la glorieta de Luis Donaldo Colosio, hasta los que en el zócalo venden lo que sea.
¿A quién reportan esos ingresos de la tolerancia que raya en la corrupción?
Chilpancingo no puede seguir siendo la capital de los bloqueos, de las tomas del edificio municipal, de la crispación, el encono y la corrupción disfrazada en omisión. ¿Estamos a gusto de vivir así?
Gaspar Beltrán debe ser el primero en poner correctivos al personal de Vía Pública, al de Tránsito, Mercados, Gobernación y todas las dependencias que han dejado de hacer su trabajo. Los prados, jardines, monumentos históricos lucen descuidados, sucios, en una ciudad que fue declarada limpia.
Vivimos en la capital del todo se vale, sin que haya repercusiones.
Desde hace más de un año, las laterales del boulevard “Vicente Guerrero” lucen baches como floreros, algunos hasta llantas les pusieron. Las tinieblas en la capital, cuando cae la noche, son bocas de lobo. ¿Qué pasa?
Hay un abandono muy sensible de la autoridad. Es incómodo, indignante entre las familias. Ha comenzado diciembre y fue como el arranque al desmadre tolerado desde el gobierno municipal. Parece que fue la orden “hagan su aguinaldo como puedan”… al fin que no hay orden.
¿Esto nos merecemos los chilpancinguenses?
Es la época más esperada del año por la gente de Chilpancingo, pero no para vivir en el desorden, la apatía oficial y la corrupción.
Si por “aguafiestas” nos van a tomar, pues entonces dejemos constancia de que ¡así no!
Presidente “Toño” Gaspar no puedes permitir que la ciudad colapse, se desmoronen leyes y se perviertan tus funcionarios por “moches”. Con seriedad, sin faltarle el respeto, está obligado a imponer el marco normativo que regule el comercio informal callejero y por lo menos dele una “manita de tigre” a los prados marchitos. ¿Si puedes?
