Libreta

Hablemos de extraterrestres…

Frank Brandstetter jugando backgammon en una alberca en Acapulco en 1978. Foto: Slim Aarons.

 

Por Andrés Campuzano Baylón

Saben que me gusta platicar de política, de sociología, de la religión, pero no toco temas como el  de los extraterrestres porque le ha costado mucho a periodistas como a Jaime Mausan. Él, era un reportero que hacía entrevistas, hacía cosas normales dentro la actividad periodística pero un día se fue orientado hacia el fenómeno OVNI y le ha costado trabajo reconstruir su imagen, pero, lo ha hecho yendo a los lugares donde han acontecido los avistamientos de estos objetos, ha tomado informes de gobierno y los ha difundido en su programa que, por cierto, es muy bueno, pero no se trata de hacer una apología hacia él.

Yo les quiero hablar del fenómeno OVNI.

Recientemente, en el diario “La Opinión de los Ángeles”, que es un periódico de Estados Unidos con amplia circulación en la comunidad hispana, acaban de publicar un informe que el gobierno de ese país ocultaba, sobre el área 51, precisamente el diario saca el informe y lo que se decía que en ese lugar ocultaron una nave extraterrestre que se estrelló  y en esa área construyeron un hangar y ahí tenían los cadáveres de los que tripulaban esa nave.

Pues lo que revela ese informe firmado por militares del vecino país, es que efectivamente  ahí llevaron el objeto que se estrelló, a sus tripulantes y que todo esto lo trataron de mantener en sigilo.

También les quiero comentar que en un día quise entrevistar a pilotos de pilotos de aviación, cercanos a gente de la NASA y me platicaron una historia…,  lo dejo a su criterio…

De ese accidente que ocurrió en que se estrelló un OVNI y que les invito a leer el informe en el portal de La Opinión de los Ángeles, me dijeron que en esa nave fallecieron algunos de sus tripulantes pero hubo una sobreviviente, esa sobreviviente que me describieron del sexo femenino pero no me explicaron si ellos son como nosotros pero me explicaron que ella medía 5 metros, increíble, y que le construyeron un área especial y ahí le atendieron su salud, como pudieron, e intentaron varias veces comunicarse en su idioma con ella, hasta que lo lograron.

Los científicos de la NASA en el área 51 le preguntaron de dónde venía…, sí ustedes miran al cielo se ve la Osa Mayor, se aprecian 4 “puntitos” que asemejan un “papalote” grande y luego está la Osa Menor muy parecida a la otra. Me comentaron que otra Osa que se aprecia borrosa en el firmamento, pues ella dijo, la extraterrestre, que venía de ese lugar y como en la película de E.T. le dijeron que no podían regresarla porque no tenían la tecnología en esa década de los 40, 50, bueno ni hoy en el 2017 hay tecnología para regresarla. Si es que existe ignoro si ya murió o sigue viva, ¡no lo sé!

Lo que sí me dijo el coronel Frank Brandstetter, “Brandy”, el que construyó el hotel “Las Brisas” y además era agente encubierto para América Latina y el Caribe de la CIA disfrazado de hotelero, durante una entrevista en su casa, él me dijo antes de morir y déjenme decirles que murió a los 100 años, bueno pues me llevó a su recamara y ahí tienen las huellas de la misión Apolo de la misión en que llegó el hombre a la Luna. Y de otras misiones apolos…

Uno de los astronautas, se quedó orbitando la luna en el transbordador, y dos bajaron al satélite natural de la tierra Cuando estaban los dos astronautas en la luna Neil Armstrong le dijo al otro, Collins: “dime sí es verdad lo que estoy viendo”, ese es el mensaje que conocemos por una grabación que aficionados le captaron a la NASA. Me contó Brandstetter que eso y más se dijo, que él conocía los informes. Con mucha precaución le insistí al coronel Brandy (y ese mote del coronel le aplicaron en honor a él a un cráter lunático) en su casa “La Tranquilidad”, que me dijera sí era verdad eso y me respondió que ellos vieron eso, ¿qué cosa vieron? le reviré, me dijo: -“tú me quieres preguntar Campuzano si eso que vieron allá ellos fueron extraterrestres, ¡pues sí, eso vieron!, y es más él que se quedó dando vueltas en la Luna y durante el espacio en que se perdía la transmisión en el lado oscuro del satélite, ese astronauta regresó a la Tierra y se volvió alcohólico la CIA le tuvo que poner marcaje personal porque se metía a los bares y borracho empezaba a decir que ‘ya venían…’, no digo que llegó loco, llegó con un problema mental haber visto algo “raro”, “allá”.

Neil Armstrong, que murió en el 2012, ese señor dio pocas conferencias y se guardó también mucho de lo que vio. Otro astronauta de otra misión se dedicó a armar expediciones buscando el “Arca de Noé”, porque decían que Dios le había pedido allá arriba que buscara esa embarcación que nos remite al diluvio en la Biblia en el que Dios le habría dicho a Noé que en esa embarcación metiera víveres, animales, en fin, porque iba a castigar los excesos del ser humano y que sólo “unos cuantos se salvarían”, y como llovió tanto según el relato bíblico quedó el arca en el pico de la cima más alta del mundo que es el Everest, en Turquía.

Todos estos episodios sueltos que les he comentado es con el ánimo de despertar más inquietud sobre esto Nadie tiene la verdad, por eso les he dicho que consulten el informe que publicó el diario de los Ángeles. El coronel Brandstetter siempre alojó a miembros de tripulaciones que fueron al espacio y me contó que muchos ya no quisieron regresar a la Luna. ¿Por qué? ¿Por qué se perdió el interés de regresar?

Lo cierto es que en la Luna se instalaron instrumentos, uno de éstos, 35 años después que Armstrong lo colocara, funciona, y todos los días está marcando la distancia exacta que hay entre la Tierra y la Luna.

Se avanzó mucho en la tecnología gracias  a esos viajes al espacio, se inventaron los celulares, los chips, los marcapasos…, el funcionamiento del cuerpo humano en cero gravedad; todo eso fue gracias a esos viajes. El tema da para mucho más…

Esto se los escribo como una inquietud, pero no me vayan a tildar a mí de fantasioso, por eso doy referencias.

Cuando murió el coronel Brandstetter, una asociación de Estados Unidos de Norteamérica, me contactó ¿quién les dio mi teléfono? ¡No lo sé! El asunto es que me hablaron y me dijeron que había muerto “el hermano Brandstetter”, les dije que ya lo sabía y  la lamentable noticia me la había comunicado el periodista Felipe Victoria, pero Felipe, no hilaba cuál era mi relación con el coronel. Llegué a Brandstetter gracias a mi amiga Jacqueline Pettit.

Los de la asociación desde Washington me preguntaron cuál era mi relación con él, de qué habíamos platicado y como en el pedir está el dar les contesté que habíamos hablado de turismo, de la situación de Acapulco y me dijeron, que qué más, qué si le había preguntado cosas del espacio ¿del espacio? Sí de los viajes a la luna… pues les dije, “algo, un poquito”; pidieron amablemente que les enviara la transcripción de esa entrevista, les dije que con mucho gusto es enviaba la entrevista y que todo lo demás luego se los pasaría por el fax (el aparato de modo en ese tiempo) y todo lo demás que jamás se los envié, es lo que les estoy contando ahorita estimados lectores.

No lo había querido expresar, porque nos pueden tildar que estamos “chiflados”, porque quien toca el tema de los extraterrestres y de los OVNIS está poniendo en peligro su credibilidad. Yo no tengo empacho, por eso les comparto esta inquietud. Hay fenómenos raros y la ciencia debe analizarlo y de ser posible comprobarlo. Hoy, con la preparación de un viaje a Marte se abren muchas posibilidades de buscar y encontrar la vida extraterrestre. La ciencia anda muy cerca de ello.

En la década de los setenta cuando estudiaba la preparatoria en Acapulco, llegó un tipo, que despegó de la ciudad de México en una avioneta, fue un caso muy sonado, despegó de la ciudad de México y aterrizó en Acapulco pero no lo detectó el radar, era un viaje corto pero no detectaron que viajó hasta el puerto y lo más increíble es que llegó con muy poco combustible y cuando lo entrevistaron dijo el piloto que no recordaba cómo había llegado al puerto de Acapulco.

Los dejo con esta inquietud, esta opinión es para reflexionar. Usted decide creer o no.

Publicado en 2017.

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