- Todos los caminos llevan a la Col. Roma
- ¡Qué tiempos! Envían dron con granadas
Por Jorge VALDEZ REYCEN
Tumultos, romería, felicidad, poses… todos los caminos llevan a la colonia Roma.
Son los tiempos de conjugación en futuro. ¿Y el presente? Aquel que dice “Soy presidente”… enmudeció o simplemente guardó un prudente silencio ¿pactado?…
AMLO conjuga con toda su mayoría de diputados, senadores y gobernadores en tiempo futuro simple. Impone agenda, marca ritmos, tira línea, sonríe para la foto y disfruta momentos largamente acariciados en tres lustros.
Anuncian el cónclave con los emisarios de Donald Trump… Los 12 puntos para la Cuarta Transformación del país, incluido el de la revocación del mandato –que más parece un requisito autoimpuesto con camisa de fuerza—y los anuncios a futuro (otra vez) de las reformas que serán derogadas las leyes, en un galimatías que no deja certezas y sí más dudas.
El fenómeno de la política hoy se ha convertido en el eje central de todos los temas. Todos hablan del nuevo gobierno… sí pero que asumirá ¡hasta el 1º. De Diciembre! Y mientras… hay un silencio cuasi sepulcral, increíblemente medido y calculado desde Los Pinos.
AMLO reitera que, del avión presidencial, ni hablar: “no me voy a subir a ese avión”, de plano. Y que se venderá ¡toda la flota aérea que tenga el gobierno!
¿Es en serio? Claro, como que lo dice con ese aplomo característico.
Y también es en serio que ahora los sicarios utilizan tecnología aérea para planificar crímenes: lanzan granadas atadas a drones, a control remoto, contra una residencia de presunto jefe policiaco. Lo infantil es que los ingeniosos perpetradores no tuvieron la capacitación de que un explosivo como la granada deben ser activados manualmente, al expulsar la “espoleta” o percutor. Ufff qué oso!!
Tiempos que marcan modas, estilos, modismos y hasta discursos auténticamente ingenuos, como el de la doctora Loretta, especialista en temas de seguridad, que propondría que el gobierno sea el conciliador entre grupos criminales en pugna, que se masacran mutuamente con la más cruel y salvaje forma de imponer el terror entre sus adversarios.
Hasta un enfermero orate, émulo de Frankenstein chihuahuense, que por vender órganos humanos cometió homicidios en serie. ¡Es de locura total! Ultimó a toda una familia.
Estamos viviendo una etapa donde México se enfrascó en los temas electorales dejando de lado lo que horroriza. Cambios de estructuras de gobierno, por un centralismo delirante que pretende abolir la corrupción, pero abre superautopistas a otras formas deshonestas y presumiblemente ilícitas. El poder absoluto, corrompe absolutamente.
Los tiempos de la conjugación en futuro, ya no pasan por el presente, ni siquiera se acuerdan ya en las palabras el pasado inmediato. Todo es una vorágine de ideas, planes, proyectos, decálogos de 12 puntos, anuncios, designaciones y toda una enorme fiesta de lo que vendrá en diciembre.
A esos tiempos se ha sumado el PRI, con un René Juárez Cisneros que pide desde los líderes seccionales reinventar al tricolor, partiendo del reconocimiento de que se perdieron las elecciones y eso debe superarse.
Un PRI que deberá sacudirse a momias auténticas de un priísmo arcaico. El inicio de una depuración que deberá desterrar los excesos de un Carlos Romero Deschamps, hasta secretarios de Estado indiferentes al tamaño de esa derrota. Todo se viene en cascada. Lo veremos… en el presente.
