Por Juan Sánchez Andraka
Si yo creo, siento y pienso así, no considero enemigo o adversario a quien no piense, no sienta, o no crea como yo. Al contrario: vivo respetando diferencias.
No pertenezco a ningún partido político. El tema político está fuera de mi interés. Por supuesto, estoy informado sobre candidatos, precampañas y campañas. Mi información es muy superficial. No opino, ni apoyo a nadie. A mis escasos ochenta y cinco años me alejo de todo lo que pueda provocar discusiones o diferencias. ¿No me interesan los problemas del país? Me interesan mucho, pero creo que no son los candidatos quienes encontrarán la solución. Ellos hablan de presupuestos, de obras, de metas económicas, sociales, políticas. Yo he considerado que los problemas que enfrentamos tienen solución en el pensar y actuar de cada uno de nosotros como individuos. El cambio individual es la verdadera base del cambio social. Insisto en que es el cambio mental de cada uno lo que provocará honestidad, paz, seguridad, armonía entre los mexicanos.
El desarrollo social se inicia con el desarrollo individual y familiar. Debe entenderse que las naciones, las ciudades, los pueblos, las familias están constituidos por individuos y que cada uno tiene metas, principios, valores, ambiciones, deseos, y que es la voluntad y el esfuerzo personal lo que provoca desarrollo o subdesarrollo. Además, cada individuo tiene necesidades espirituales y necesidades materiales.
Estas necesidades implican esfuerzo interno y externo. No puede hablarse de desarrollo material a secas. Debe hablarse de desarrollo integral.
El desarrollo personal de cada miembro de la familia provocará el desarrollo familiar.
Los políticos hablan con masas, es decir, con montones. Los clasifican de acuerdo a su posición económica. Hablan de pobres, de clase media, de clase alta. Pertenecen a ellas según tengan, no según sean. Estoy convencido de que lo más valioso es el ser. Puedes estar pobre, pero en la escala del ser puedes estar entre los privilegiados. Son tus pensamientos, tus palabras, tus acciones las que te definen. También tu salud es tu responsabilidad.
Debo insistir en que nuestro México solamente puede ser distinto, es decir, sin violencia, sin inseguridad, sin pobreza económica, sin vulgaridad cuando cada uno de sus habitantes, en lo personal, decida crecer interiormente, es decir, cambiar por dentro.
La pobreza mental es la causa de todas las pobrezas. La riqueza mental producirá una vida plena.