Estuve platicando –más bien escuchando- a dos amigos médicos –muy conocidos y con prestigio-. Ellos tomaron café. Yo un té de manzanilla. Somos amigos, aunque ellos son muy jóvenes a mi lado. Hablaron incansables sobre enfermedades, enfermos, operaciones, vida en el hospital, medicamentos. Yo escuchaba. Parecía que no existía para ellos.
Más de una hora de conversación. Por fin se dieron cuenta que yo estaba. Sonriendo uno de ellos me dijo: ¿Te aburrimos? “No –contesté-. Los escuché muy atento, pero no entendí. Es un tema poco importante para mí”. ¿No te importa el tema de la salud? “Ustedes no hablaron de salud. Hablaron de enfermedades, de medicinas, de operaciones…” Eso es hablar de salud, afirmó el otro. No. La salud es otra cosa. El tema de la enfermedad, de los hospitales, de los medicamentos es la parte contraria.
Se vieron entre sí y con aire burlón uno de ellos me dijo: -Define la salud, por favor.
El que, casi no hablaba pidió una coca. Cuando el mesero la llevó le preguntó si allí podía fumar. El mesero le dijo que no. Mi amigo médico puso cara de resignación.
-La salud es nuestra responsabilidad. Es la total ausencia de enfermedad en el cuerpo y paz, armonía en el espíritu.
No estábamos discutiendo. Era una conversación amistosa y respetuosa.
El que pidió la coca dijo retador.
-Algún día tendrás necesidad de médico, medicinas, hospital…
-Quizá. Por ahora, para tener salud, tengo sol, aire puro, agua, vegetación, flores, alimentación natural, armonía, paz, tranquilidad y pensamientos positivos. La salud es resultado del amor a nosotros mismos y a todo lo que nos rodea.
– ¿Qué haría la humanidad sin médicos ni medicinas?
-Son muy necesarios afirmé-. Hay muchos enfermos. Existen muchas enfermedades. Es la forma de vivir, la forma de ser, la que elimina la salud en el hombre. Ustedes, repito, son importantes y saben mucho de enfermedades y de medicinas. Atacan la enfermedad, pero no saben de salud. Los estoy viendo tomar café, coca y con deseos de fumar…
-Te fijas en pequeñeces me dijo el de la coca.
-Son las pequeñeces las que determinan la salud o enfermedad.
-Tienes mal la cadera. Tu caminar es defectuoso.
-Si. No tomo medicamentos. Es desgaste por la edad. Repito. Médicos, medicinas, hospitales, etc. son muy necesarios. Pero, subrayo. Atienden la enfermedad, no la salud. La salud es producto de la forma de vivir, de pensar, de sentir. La salud no puede darse sin plenitud espiritual. La salud es producto de la persona. Ustedes quitan la enfermedad. Salud es forma de ser.
Nos despedimos con fuerte apretón de manos. El amigo doctor que tomó coca y deseaba fumar es muy obeso. No es sano.
Pensé: son buenos médicos. Saben mucho de enfermedades, de laboratorios, de medicamentos. Pero no saben de salud.
