En los primeros años de la década de los cuarenta vivíamos rodeados de aparecidos, duendes y fantasmas. No había la iluminación eléctrica que hay ahora. Cualquier ruido: el cierre de una puerta por el viento, las sombras de los árboles iluminados por la luna nos parecían ruidos y figuras de ultratumba.
Los muertos se aparecían y daban mensajes y consejos. La llorona lanzaba su grito lastimero después de la media noche y las zihuateyotas o tlanteteyotas invitaban a los trasnochadores a bañarse en las pozas de los ríos y a allí los mataban. Nadie supo de algún fallecido por haber acepado la invitación de las zihuateyotas. Nadie vio a la Llorona, pero muy pocos salían de su casa a media noche. Consideraban un peligro andar por esas calles empedradas y oscuras.
En Chilapa los primeros focos se prendieron por una planta que instaló mi bisabuelo, José María Andraca. Dicen que iluminó la catedral, el obispado, su casa y el jardín de la ciudad. Era muy débil y se apagaba a las diez de la noche. Mi bisabuelo murió en 1904. La instalación de su planta debió ser a fines del siglo XIX o a principios del XX. Después don Nicolás Fonseca y don Severo Silva pusieron sus propias plantas de luz. Don Severo logró instalar la luz en los domicilios y provocó el funcionamiento del Cine Eureka –el primer cine en Chilapa-.
En Tixtla el presidente municipal Domingo Sánchez instaló la primera planta de electricidad alimentada por leña frente a la casa de don Vicente Astudillo, en pleno centro. El fogonero fue don Anselmo Escobar. Solamente funcionó tres años. La segunda planta de luz estuvo en la casa de don Braulio Moctezuma García. También duró poco tiempo. A principios de los años treinta, don Nicolás Fonseca –el mismo de Chilapa- instaló su planta de luz, su fábrica de hielo y una paletera. Todo esto estaba en la casa que, posteriormente, fue del doctor Isaac Marino. Se iluminó el jardín. El alumbrado duraba tres horas.
En Tixtla, además de la llorona y las zihuateyotas se aparecía el burro sin cabeza.
El 5 de mayo de 1883 el gobernador Francisco O. Arce inauguró una planta de luz en Chilpancingo a base de gas acetileno. En 1899 el gobernador Antonio Mercenario introdujo el alumbrado con lámparas incandescentes. El gobernador Damián Flores, el 16 de septiembre de 1910, puso en servicio una planta de luz a base de calderas y gas pobre, En1923 el gobernador, Rodolfo Neri Lacunza, en la casa que fuera de las señoritas Bonilla, allí donde ahora están los departamentos de los maestros universitarios –Av. Juárez esquina con Nicolás Catalán- inauguró el servicio eléctrico que logró que la luz llegara a toda la ciudad y a muchos domicilios.
Fue el 21 de noviembre de 1946 cuando el Secretario de Economía, Gustavo P. Serrano, en representación del Presidente de la República, Manuel Ávila Camacho, y el gobernador Baltazar R. Leyva Mancilla inauguraron el sistema hidroeléctrico de Colotlipa que le proporcionó electricidad durante las 24 horas a gran parte del estado.
Las noches dejaron de ser oscuras. Los aparecidos y los fantasmas desaparecieron. Ya nadie habla de ellos. La luz nos cambió formas de creer y de ser.