Por: Juan Sánchez Andraka
Chilpancingo no quiere decir “lugar de avispas”.
Fue Leopoldo Viramontes quien publicó en 1893 la Cartilla Geográfica del Estado de Guerrero. Allí afirmó que Chilpancingo significa “Avispero”.
Esta falsedad se hizo oficial.
En el Diccionario de la lengua Náhuatl de Simeón Remí, editado en 1885 aparece la palabra “Chilpan” como planta medicinal.
En el Diccionario de Aztequismos de Luis Cabrera dice que Chilpantzin es una planta medicinal cuyas flores rojas parecen una bandera.
Bernardino de Sahagún en la “Historia General de las cosas de la Nueva España” afirma que hay una planta medicinal que se llama Chilpanton y que tiene flores rojas.
En su “Historia del Estado de Guerrero” Moisés Ochoa Campos traduce a Chilpancingo como “planta avispera.
El Ingeniero Ricardo Heredia Álvarez dejó el borrador de su libro “La Fundación de las Capitales de la República”. Allí afirma que Chilpantzin es el autentico nombre del toronjil silvestre. Nos da estos vocablos: Chichiltic = rojo, Pantlic = bandera, Tzin = en este caso reverencial y co = locativo.
En 2007 la UNAM publicó el Diccionario de Náhuatl de Carlos Montemayor. En la página 47 dice: Chilpan es una planta herbácea con flores rojas.
Nuestros antepasados llamaban al toronjil Chilpantzinxochiltl.
Para los chilpancingueños el toronjil ha sido su carta de presentación. Es parte muy importante de su identidad.
La palabra toronjil la trajeron los españoles. Es árabe.
Mi reconocimiento y recuerdo cariñoso a Jorge Zubillaga Lacayo. Realizó un trabajo muy serio sobre la palabra Chilpancingo. Este trabajo debe ser rescatado.