Por Andrés Campuzano
@andrescampuzano
No acostumbro contestar llamadas de números telefónicos que no tengo registrados en mi lista de contactos. La vibración y el tono de mi dispositivo móvil daban cuenta de la llamada entrante del número 733-123-4567 a las 5:48 p.m. la clave corresponde a la ciudad de Iguala de la Independencia.
Debido al trance de una enfermedad que me aqueja contesté -obviando la costumbre de no hacerlo- una voz femenina me pide que participe en una encuesta que está realizando “son solo 4 preguntas a las que le pido responder ´sí o no´”, resalta y no me responde al cuestionarle el nombre de la empresa para la que trabaja.
― “¿Sabía usted que Félix Salgado Macedonio es uno de los hombres más cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador?”
Le respondí que no.
Apenas terminaba de contestarle cuando soltó:
― “¿Sabía que Félix Salgado Macedonio como diputado federal, alcalde de Acapulco y senador siempre ha trabajado por el bien de los guerrerenses?
Nuevamente, ¡no, le dije!
Preguntas con sesgo y que en ese absurdo “juego de palabras” intentan inducir la respuesta de manera favorable sobre el interfecto político profesional en cuestión. Me recordó a una parte de la obra Homovidens de Giovanni Sartori en la que el autor lamenta que una persona cuando es encuestada se siente con la imperiosa necesidad de responder, no obstante, que carezca de la información adecuada para hacerlo.
― “¿Sabía usted que Félix Salgado Macedonio lidera las preferencias electorales en Guerrero?”.
Aunque ella no pudo verlo, agaché la cabeza y lance una onomatopeya.
Concluye el fatídico ejercicio realizado por una compañía que no se identifica, una voz femenina que tampoco revela su nombre como es costumbre en ese tipo de llamadas. Lo cierto, más que una encuesta, me parecieron consejos a manera de preguntas “cifradas” de la “tía buena onda” que cualquier familia ostenta. Faltó que se despidiera con un “¡Hijo, date cuenta!”.
Una hora y media más tarde volvieron a llamarme del mismo número, pero la voz femenina era distinta. Las preguntas fueron las mismas, las respuestas también.
20:11 p.m. y el número 781-452-0620 con clave lada de Coyuca de Benítez aparece en la pantalla de mi celular. Mismo modus operandi, voz femenina, invitación a participar en una encuesta, 4 preguntas, pero ahora son a favor de Luis Walton Aburto.
― “4 veces no”, reviré…
En esta última llamada pude grabar las dos últimas preguntas.
¿Por qué? Porque me parece absurdo un ejercicio de estos en tiempos del coronavirus. Como periodista me he dedicado a monitorear y preguntar constantemente a las personas de distintas profesiones u oficios sobre la situación actual y la crisis derivada por la pandemia y nadie, nadie de los que he consultado están pensando en procesos electorales.
A nadie le comen las ansias de ir a votar.
Lo que sí hay es incertidumbre, pérdida de empleos y un deseo feroz de mis paisanos de seguirle echando ganas, pero, ¿pensar en elecciones? ¡NO!
¿A quién se le ocurrió la ideota de hacer encuestas para “favorecer” a estos políticos profesionales?
¿Qué asesor, experto en marketing o líder en comunicación política propuso realizar propaganda disfrazada de encuestas?
Sí usted estimado/a y caro lector participa en una encuesta realizada por una empresa profesional y que su negocio sea realmente el ofrecer información veraz a sus clientes, créame que las preguntas que le hagan jamás serán de este nivel.
Por último, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero publicó en redes sociales una advertencia a las personas físicas o morales que realicen, publiquen, soliciten u ordenen la publicación de cualquier encuesta por muestro o sondeo de opinión cuyo objetivo sea el dar a conocer preferencias o tendencias electorales en el sentido de que tiene que aportarles toda la información, copia del estudio completo con los criterios de carácter científico.
¿Lograrán identificar a la empresa que hoy hizo esto?
¿Cómo le hará esta empresa que me llamó para demostrar el criterio científico?
Llega tarde el aviso del IEPC en la entidad cuando desde el año pasado se lleva realizando este tipo de propaganda sin que alguna autoridad sancione o por lo menos las condene.
Parecen su burla.
¿No lo cree?
