• Saldaña clama justicia al Fiscal
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Por Jorge Valdez Reycen
El rector Javier Saldaña Almazán lanzó un ultimátum de 72 horas al Fiscal General, Jorge de los Santos, para que esclarezca los crímenes de 16 universitarios víctimas de violencia.
Es la primera vez que el rector Saldaña es visto indignado y enardecido por los crímenes proditorios contra mujeres. Tiene razón.
La justificante es que dichos eventos trágicos tuvieron origen en fiestas y rituales conocidos como “quema de libros”, donde el consumo de alcohol es altísimo por parte de los estudiantes. Además, de que es inadmisible dicho argumento, no se explica con claridad por parte de la autoridad ministerial cuáles fueron los móviles, la motivación para la comisión del delito de privación de la vida.
Lo cierto es que la UAGro vive momentos de dolor y luto. Y su rector Javier Saldaña ha tenido que dar la cara y levantar la voz ante los hechos indignantes, reprobables y condenables. Sin embargo, ha sido más categórico al dar un plazo de 72 horas al Fiscal del Estado para que ahonde en las pesquisas y reúna evidencias y testimoniales que arrojen pistas firmes y certeras sobre la mecánica de hechos. Es decir, que se investiguen los entornos afectivos, familiares, estudiantiles que pudieran orientar a los investigadores cuál fue el móvil de dichos crímenes.
Una cosa arrojó, de entrada, el común denominador: los rituales de “quema de libros” que reúnen a la mayoría de los estudiantes de todas las unidades académicas en una especie de fiesta, donde confluyen toda clase de excesos. Y aquí el rector Saldaña ha sido contundente: no vamos a permitir que directores toleren estas fiestas, por muy arraigadas que sean éstas en la comunidad estudiantil.
La violencia, venga de donde venga, es condenable. La máxima casa de estudios vive momentos dolorosos, por la pérdida de la vida de 16 universitarios. Hay luto, desolación, impotencia y rabia, porque no hay resultados de las causas y las investigaciones son demasiado lentas, por no decir otra cosa.
Javier Saldaña ha sido cauto, pero firme, en exigir en nombre de toda la comunidad universitaria el cese inmediato de la escalada de violencia contra la comunidad universitaria. Le asiste la razón, completamente. Inclusive, se comparte la indignación generalizada.
Lo que más mueve a los familiares de las víctimas es la lentitud y escasos avances en las investigaciones.
No se puede pedir, a la FGE y a su titular, resultados cuando el cúmulo de casos mantiene asfixiados, literalmente, rebasados a los tres componentes del sistema de procuración de justicia en Guerrero: los agentes del Ministerio Público, peritos de criminalística y agentes de la Policía Investigadora Ministerial.
Pero tampoco se pueden utilizar estos subterfugios de exceso de trabajo para no mostrar avances, ni tampoco explicar las líneas de investigación que siguen los fiscales regionales. Se entiende que al rector Saldaña ya le habrán dado un parte preliminar, por la secrecía que obliga a la FGE mantener en sigilo sus labores de investigación recabar evidencias, datos y testimoniales en la acción obligada de persecución del delito.
El Fiscal Jorge de los Santos sí puede informar, está obligado por la sociedad agraviada, afectada, dolorida. Y además, tiene que dar un mensaje contundente de que es un representante social comprometido con los miles de agraviados y víctimas de los delitos de alto impacto.
El ultimátum del rector al Fiscal debería ser, también, retomado por todos y cada uno de los sectores sociales de Guerrero hacia un Fiscal que tiene un balance muy pobre, reducido y nada positivo de su actuación al frente de la FGE.
El rector Saldaña puso el dedo en la llaga, donde más duele, reclamando a la FGE en nombre de las familias que han perdido a sus estudiantes, no solo a sus seres queridos, sino el porvenir de sus anhelos frustrados por la terrible violencia demencial… y esa impunidad.
